COLUMNISTA INVITADO DR. NESTOR SCAMARONE


Por: Alan García Pérez
Ex - Presidente del Perú
GOBIERNO Y PROPOSICIÓN.

Creo que podremos encarar con optimismo los próximos cinco años si todas las partes actuamos con inteligencia y patriotismo. Es verdad que el resultado electoral (50.12% vs. 49.88%) muestra un país muy dividido. Más aún algunos que fueron parte de esa mayoría electoral ya anuncian que serán oposición. Adicionalmente, la situación mundial no tiene visos de mejorar sustantivamente y la herencia del actual gobierno es negativa.

Sin embargo, ya tenemos una decisión y quien perdió por escasas décimas ha aceptado con madurez democrática el resultado en vez de denunciar fraude, exigir un reconteo o exacerbar las pasiones. Un paso destacable para comenzar.
Pero la lógica de siempre repite que quien no está con el gobierno o en el gobierno, está necesariamente en la oposición. Creo que es una interpretación simple y a veces pasional. La situación es más compleja. Ahora, quien está en el Ejecutivo tiene en frente a quien por si sola tiene la mayoría del Congreso. Ambos tienen poder de conducción. Por eso pienso que debemos sustituir el concepto “oposición” por el de “proposición”.

En esta situación, el Ejecutivo tiene como deber inmediato la búsqueda del consenso, y en primer lugar con quien tiene tal abrumadora mayoría en el Congreso. Eso pasa por rectificar con hidalguía los insultos y la frases exageradas. Y de ser posible, por la constitución de un gobierno nacional de ancha base con un programa común, porque es claro que ni uno ni otro tienen posibilidad de imponer unilateralmente su criterio. Esperemos que en los próximos días esta posibilidad se abra paso, más allá de los cercanos y áulicos que siempre lucharán por excluir a quienes puedan arrebatarles cargos y protagonismos.

Si ese objetivo mayor no fuera posible, hay otro camino. Evitar caer en la trampa “gobierno-oposición” y sustituirla por la lógica “gobierno-proposición”. No limitarse a esperar las iniciativas del Poder Ejecutivo para oponerse a ellas o, lo que es peor, bloquearlas aunque sean positivas o censurar ministros. Ese es un trabajo congresal útil cuando realmente es necesario, pero muchísimo más importante es tomar la iniciativa con leyes propaís y estimular con ellas la acción del gobierno. Eso también es gobernar, pero en positivo. Y así, la política se vuelve un impulso para el crecimiento social y económico.

Por ejemplo, en el campo de la seguridad ciudadana, el Ejecutivo dispone las fuerzas, hace operativos, etc., pero el Congreso puede crear de inmediato la Categoría de Guardia que hoy no existe y que, con una formación de seis meses y no de tres años como los técnicos de hoy, multiplicaría rápidamente el número de custodios. También, la esperada ley del seguro para los taxistas y mototaxistas, la agilización legal que titule cientos de miles de viviendas, el TUPA único (Texto Único de Procedimientos Administrativos nacional) que acelere las inversiones y mejore la vida diaria de los peruanos, la extensión del Silencio Positivo Administrativo, la ampliación y velocidad de Obras y Servicios por Impuestos. Tal vez, también, el Trabajo Joven por Impuestos y el Canon Comunal. Eso, y mucho más, es propositivo y útil. 

Hacer política es conducir, orientar, usar la influencia que el pueblo otorgó con sus votos o con su confianza. Algo más, el poder real reside en usar desde ya y útilmente esa influencia sin limitarse a soñar con la conquista del Ejecutivo mañana. La experiencia enseña que muchas veces tiene más poder quien está fuera del gobierno, pero si actúa con inteligencia y sentido constructivo, y que así se gana mucho más para el futuro. La actual situación lo permite y las dificultades internas y externas lo exigen. Será posible con voluntad de consenso y ánimo de proposición. Mi deber es señalarlo antes de comenzar el camino. Dios bendiga a la patria.

Cortesia

Dr. Nestor Scamarone


Columnista Invitado
 
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